Zidane se movía con la armonía de un solo ser con el balón. Cada gesto suyo era pura maestría y sofisticación técnica, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran una obra de arte, como https://donnairlj566543.blogacep.com/44032160/qué-motivó-el-gesto-de-zidane-en-2006